Capitulo XIV
No puedes ayudarlos a todos.
Hiro calo la balloneta en la bocacha de su rifle, salto por encima del mostrador y cargo contra un policia, intentando atravesarle el abdomen. El uniformado lo esquivo con sorprendente rapidez y golpeo a Hiro con la porra en la espalda y por unos instantes vio las estrellas, pero, antes de que volviera a alzar la porra consiguio golpearle con la cantonera de su rifle en el menton. El policia se tambaleo, cayendo al suelo, aturdido, Hiro volvio a golpearle en la cabeza, dejandolo inconsciente.Regreso a junto de la cria y le agarro la mano izquierda, confirmando sus sospechas le habian cortado el dedo meñique y tenian gravadas en el dorso de la mano dos letras: AD.
-¿ Eres una esclava?- La chiquilla, muerta de miedo, asintio varias veces-¿ De la compañia de Arnold Reguards?- identico resultado- Puedes hablar, no voy a morderte, vamos.
-¿ Que es lo que quieres?- dijo entre sollozos.
-Sacarte de aqui- introdujo una bala en su rifle- Vamonos¿ puedes andar?
La cria trato de ponerse en pie, pero estaba tan enjunta en carnes que apenas podia sostenerse y fianlmente se cayo al suelo. Miro a Hiro dando un respingo con la nariz.
Este sin dudarlo se echo a la cria a la espalda, pidiendole que se agarrara a las solapas de su chaqueta y salio del local a correr. No tenia costumbre de cargar pesos, aunque es cierto que ella apenas pesaba. Corrio de vuelta con sus compañeros y se coloco junto a Martta, apoyando su arma en el capo de un automovil, listo para disparar.
Los policias que aun podian andar se retiraron en tropel por una callejuela. Pero sus problemas estaban muy lejos de acabar, a lo lejos distinguian una columna de soldados, avanzando ordenadamente contra ellos. Martta cambio los tambores de sus revolveres por unos llenos, el Monje desenfundo uno de los suyos y Estreiguer amartillo su pesada ametralladora.
Sin embargo el Fariley de Alfred los sobrevolo, ametralandolos sin piedad y, gracias a una reciente mejora, lanzandoles temibles cohetes que causaron devastadores efectos en sus filas. En una pasada acabo con toda la columna sin inmutarse. No tardarian en tener listas las anti-aereas de la ciudad, pero ellos esperaban estar lejos de alli para entonces.
-¿ Que llevas en la espalda, Hiro?- pregunto Martta, señalando a la cria.
-Es una esclava, voy a sacarla de aqui- contesto con firmeza.
-Hiro, no puedes ayudarlos a todos...
-Pero puedo ayudarla a ella, y no me haras cambiar de opinión Martta.
-No, si eso ya lo sabia. Anda vamos.
Cruzaron por entre los cadaveres de los soldados, matando a los que aun agonizaban a base de cuchillo. No eran ni soldados, a juzgar por los uniformes. Parecian mas bien una especie de milicia local, pero no eran por ello menos peligrosos. Alfred los saludo desde el avion y puso rumbo a la amenazante fortaleza, mientras ellos caminaban hacia la prisión edificada a los pies de esta.
Tras un buen cañoneo dieron acallallado a la bateria del espingon norte, pero la del sur seguia negandose obstinadamente a cesar el fuego. Algunas veces un grupo de atrevidos soldados se apostaba en algun muelle de la zona norte con un cañon anti- carro. Para acabar con ellos tenian unas viejas ametralladoras Ager montadas en los alerones. Estas prinitivas armas anti- aereas eran sumamente letales a la hora de atravesar el escudo frontal de dichos cañones y matar a sus servidores. Fray, Walter, Philip y Katerina se ocupaban de ello, mientras Carts y Predat les traian municiones.
De pronto Predat advirtio que habia una estela blanca por la popa y todos miraron hacia alli, nerviosos. Era un torpedo, que por suerte, paso a varios metros de la aleta de babor. A lo lejos una pequeña lancha torpedera se disponia a lanzarles otro.
Sin dudarlo Philip corrio al cañon del 75 de babor, lo cargo, pego el ojo a la mirilla y tras apuntar abrio fuego contra la torpedera. El primer tiro paso por encima, asi que bajo un poco el ajuste vertical y volvio a disparar. Esta vez se quedo algo corto, asi que elevo un poco el cañon y disparo. El proyectil acerto de lleno en el torpedo que varios marineros trataban de llevar al tubo de lanzamiento, situado a proa. La deflagación de dicho artefacto destrozo la cubierta de la embarcación, mato a los marineros e inutilizo el tubo. Los dos ultimos disparos fueron a parar a la linea de flotación, acelerando el hundimiento de aquella nave. Arojo el cargador vacio a la cubierta y regreso a su puesto.
De la la ensenada descendieron tres pequeñas emabrcaciones a motor, atestadas de soldados con la clara intención de abordarlos.
Los dos cañones Pukie del Rapier lanzaron una lluvia de plomo sobre la primera embarcación, matando a un gran numero de ocupantes. El 75mm del costado de estribor del Eizer finalizo sus andaduras con un proyectil directo a la caldera, provocando la explosión de la chalana.
La segunda se acerco al Eizer por la proa y un gran numero de soldados dispararon sus armas, con escaso exito, al casco del navio, que, sin dudar los embistio con su proa de rompehielos, enviando esta embarcación al fondo.
La ultima logro pasar entre ambos barcos y disparo un cañon del tipo carracondada contra el Eizer. La metralla de dicho disparo no causo demasiados daños, aunque Pazert en el puente vio entrar una esquirla por las pequeñas rendijas de observación. Las esquirlas rebotaron por fuera, incrustandose finalmente en las maderas de la cubierta.
Uno de los Ager del Eizer machaco a los servidores de la pieza, que se afanaban en recargar tan antiguo artefacto. Cruzo el fuego con uno de los Pukie del Rapier, y la lancha pronto quedo a la deriva, llena de cadaveres.
Llegaron a la prisión de una carrera y si mas resistencia de los defensores. Al ser un grupo pequeño podian moverse con cierta libertad por la ciudad.
El edificio, de estilo victoriano, parecia mas un palacete burges que una prisión militar, pero, las rejas en todas las ventanas, la alambrada y las torres de guardia la delataban. Con toda probabilidad sera un edificio reformado con el tiempo.
Las torres y las demas posiciones estaban desgurecidas. Avanzaron con cautela directos al vestibulo del edificio. Las pesadas puertas se encontraban entreabiertas asi que un marinero del Rapier se asomo para echar un vistazo.
Nada mas hacerlo multitud de armas dispararon al unisono, astillando la madera de las puertas en torno a su cabeza, aunque por suerte salio ileso. Estreiger amartillo su ametralladora, se puso unas gafas de aviador por cosa del humo y, tras pedir a los demas que se hicieran a un lado, abrio la puerta de una patada.
Disparo contra ellos, sin piedad. Tras cada disparo una vaina salia humeante de las entrañas del arma y caia al suelo con un chasquido metalico. Los pobres defensores, en formación de linea, fueron presa facil de los disparos, que los barrieron de alli.
El ruido fue atronador, sobretodo para la chiquilla, que escondia la cabeza detras de Hiro. Algunos confederados trataron de defenderse, pero fue inutil. Otros trataron de esconderse tras una mesa, pero a las balas de esa ametralladora no las para una simple tabla. En escasos segundos, cuando la humareda se disipo pudieron comprobar los enormes desperfectos y, la carniceria que el solo habia montado. No eran soldados, pues llebaban los galones de la milicia.
En la pared de una garita de seguridad habia un plano del edificio con los numeros de las celdas. Tras consultarlo, suspiraron aliviados, La numero veinte del ala oeste tenia una ventana que daba a la calle. Arrancaron el mapa de la pared por si acaso.
Sin mas dilación, la pequeña tropa se encamino hacia la ventana de dicha celda.
-¡ Preparate!- grito Alfred a su compañero.
-Voy, espera.
El ametrallador fijo el afuste de su arma con un espeque y se agarro fuertemente al fuselaje del avión. En cuanto estubo en posición dio el visto bueno al piloto.
Alfred acelero al maximo y se lanzo en picado contra una pequeña caseta del interiór del fuerte. Cuando le faltaban unos pocos metros para estrellarse solto una bomba y volvio a elevarse rapidamente. La pequeña bomba de 20kg atraveso el techo blindado del edificio y detono dentro, destrozandolo. Tal y como sospechaban los dos aviadores, esa era una de las entradas a los polvorines de los cañones de 64 libras. Si hubiese detonado dicho polvorin, no se encontrarian del fuerte ni los escombros.
Ya empezaba a llegarles algo de fuego antiaereo, no era gran cosa, pero si peligroso. Optaron por dirigirse a la zona industrial de la ciudad, pero antes de virar hacia el norte vieron una muy nutrida columna de soldados confederados saliendo del fuerte.
Sin dudar Alfred los enfilo y cuando los tubo a cierta distancia comenzo a ametrallarlos sin compasión. Recorrio toda la columna, soltando otra de las bombas encima de un pequeño cañon que un grupo de soldados empujaba forzosamente. El ametrallador remataba la faena disparando desde su puesto hacia abajo.
Remontaron un poco y dieron otra pasada con peores resultados para los confederados. Esta vez dispararon cuatro cohetes contra una ametralladora que era transportada de igual manera que el cañon.
Iba a dar una ultima pasada, mas no fue necesario. Los pocos supervivientes retornaron a la seguridad de los tuneles del fuerte acareando heridos con ellos. Tambien vio salir a una docena de camilleros. Opto por dejarlos hacer su labor y por fin enfilo a la zona norte.
Pero antes de girar vio algo que lo dejo helado.
Obiamente la ventana tenia barrotes de acero. Se acercaron a ella y observaron el interior. Habia una mujer con tres crios acurrucada en una esquina. Martta peto en el cristal haciendola reaccionar. Con paso tembloroso se acerco a la ventana y pregunto quienes eran.
-Somos la ayuda Chara, vamos a sacarte de aqui- respondio Martta, es imposible describir el efecto de tan simples palabaras en la cara de la mujer.
-Alabadas las creadoras, no sabia a que venia tanto escandalo¿ Os envia mi marido?
-Si mas o menos...- los tres chiquillos se abrazaron a la falda de la madre. No era el momento de decirle que Perrist habia muerto.
-¡ Apartaros de la ventana, rapido!- ordeno Estreiger.
Obedecieron sin dudar y vieron como el gran hombreton agrarraba la reja con sus impresionantes brazos y la arancaba de cuajo de un solo tiron. Despues con la ayuda de los demas salieron por fin de aquella celda.
Martta entrgo a Chara un viejo revolver de cañon corto que siempre lleva en la bolsa de su espalda. Estreiger se cargo a los chiquillos a hombros y emprendieron la vuelta a las chalupas con el sol ocultandose tras las el horizonte.
Escucharon una serie de violentas explosiones a su espalda y de detras del fuerte vieron salir al Fariley de Alfred, iba directo al norte. Con el espejo de señales les mando un desalentador mensaje:
"Gran numero de soldados confederados se acercan por Este, taren carros, cañones y ametralladoras. Daros prisa."
El se alejo mientras ellos corrian hacia el muelle, esperando que los esquifes siguesen alli. Cuando llegaron al lugar un grupo de milicianos los sorprendio desde un pequeño callejon, blandiendo sus bayonetas de forma amenazadora.
Calleron fulminados al suelo, sin haberse acercado siquiera. Los que esperaban en las chalupas les dispararon con las Christopher sin vacilar, provocando esa masacre.
Los demas aun estaban perplejos, Estreiger trataba de cubrir a los crios con su cuerpo, al igual que Hiro. Martta y Chara apuntaban sus revolveres mientras el Monje habia sacado un frasco con un liquido verde y se disponia a romperlo contra su palo. El resto apuntaban sus armas contra los pocos que milagrosamente aun se sostenian en pie. Sin embargo estos furon callendo al suelo poco a poco. Completamente muertos.
Embarcaron todos en tropel y regresaron a los barcos, que estaban ocultos por una densa niebla, al igual que el resto de la ciudad. La familia de Perrist embarco en el Eizer, al igual que los dos heridos, a los que Philip atenderia luego y tras izar a bordo las chalupas estaban listos para irse.
Alfred informo de que habia una gran cantidad de material militar almacenado en la zona norte. Cañones, municion, carros de combate, camiones... Y de que los Cuervos asesinos, la aviación de elite del Imperio Confederado se acercaba por el este.
El pequeño biplano inutilizo la ultima de las casmatas con una bomba. Las dos ultimas fueron a parar a un edificio con pinta de astillero cubierto en la ensenada. Ambas atravesaron la cristalera del techo sin dificultad y destrozaron el interior. Era un astillero donde se hacian submarinos Embestidores, como indico el ametrallador.
Despues de eso gasto los ultimos cohetes contra unos vagones de tren cargados de coque, cerca de una de las acerias. Nada mas ser alcanzados comenzaron a arder como una cerilla.
Se iban a volver cuando vieron dos proyectiles de su barco caer cerca de un almacen. Con la pequeña radio del avion Alfred pidio a Krust, que le dijera a Drick que los projectiles caian cortos. Nunca antes habian hecho esa labor, de avión de observación. Aunque antes tampoco tenian la radio morse morse montada.
La siguiente salva golpeo el edificio de lleno, incendiandolo en el acto. Ahora si, Alfred puso rumbo de vuelta al Eizer.
El Rapier salia de la rada de frente, mientras el Eizer lo hacia de espaldas, disparando aun. El motivo es que el barco de Toms no evoluciona bien navegando hacia atras.
Pazert habia dado orden de destruir todos los edificios industriales de la zona norte, pero que no tocaran las casas de los obreros, apelotonadas en torno a las fabricas. Un dato curioso es que a pesar de ser un pais esclavista en las fabricas solo pueden trabajar ciudadanos, nunca esclavos.
Al llegar a la boca de la rada y a modo de despedida, bombardearon la refineria de Oleum. En cuanto el uno de los tanques fue alcanzado se puso a arder de forma descontrolada, explotando despues y esparciendo fuego a los otros tres tanques.
Las llamas eran tan intensas que a pesar de ser ya de noche podian ver la ciudad aun oculta por el humo, con otros tantos edificios ardiendo por ahi. Podian incluso ver los aviones negros de los Cuervos Asesinos sobrevolando la rada en su busca asi que se dieron prisa.
Viraron al norte, izaron las velas negras, apagaron todas las luces y se combirtieron en otra sombra mas. Navegarian pegados a la costa un buen rato.
Hiro estaba sentado en la bajo cubierta, pensando en la cria que acababa de salvar y de pronto se pregunto en voz baja.
-¿ Acaso esta puede ser esta mi redencion?
Continuara...
¡ Feliz navidad a todos y prospero año nuevo!